martes, 11 de marzo de 2008

Lo mismo me da, que me da lo mismo: ganó el PPSOE; por Carlos Tena




Lo mismo me da, que me da lo mismo: ganó el PPSOE


x Carlos Tena en Insurgente

“Tras la pantomima, vuelve la calma y la alegría. Esos heroicos progresistas que apoyaron la candidatura de Jose Luis Rodriguez Zapatero, es decir, esos intelectuales exigentes y democráticos, que ya tienen asegurada su presencia y trabajo bien pagado en los festejos patronales de los ayuntamientos y comunidades, en centros culturales y locales varios, estarán brindando, cómo no, por la pervivencia del sistema socialista que, con una participación inferior a la de los comicios del 2004, han decidido unos ocho millones de españoles, mientras las multinacionales abren cientos de botellas de champagne francés (el Freixenet es para la navidad de los proletarios barriobajeros) haciendo votos por la nueva andadura del Parlamento bananero de la Carrera de San Jerónimo, donde sus señorías, alegres como niños con Play Station nueva, ya se aseguraron sus más de 20.000 euros anuales, más tarjetas de crédito, gastos de representación, dietas y sobresueldos varios que pagamos todos los españoles de nuestro salario, retiro (que ya es casi espiritual), pensión o limosna. El resto del electorado, más perspicaz, democrático y realista, ha preferido quedarse en casa preparando los enseres para el 2009 que se viene encima.


Los intelectuales y artistas afines a este baile de disfraces cuatrienal, léase Sabina, Serrat, Gabilondo, Pedro Jota, Julio Iglesias, Miguel Ríos, Lolita, Manolo Escobar, Alejandro Sanz, Bisbal, Chenoa, Jiménez Lozanitos, Alex Ubago, Miguel Bosé, en fin, la gran familia de la SGAE, con el omnipotente Teddy Bautista a la cabeza del pelotón, ya tienen asegurados cientos de miles de euros en las próximas semanas, no sólo por su indudable arte para estar en el lugar preciso en el momento idóneo, admirado en todo el mundo por millones de personas, sino por saber posar en la fotografía previa sin moverse un milímetro, aunque todos hubieran estado encantados posando en cualquiera de las dos sedes, la del perdedor o la del ganador, porque a estas alturas ningún ser humano racional halla diferencias sustanciales entre los ágapes de Mariano y José Luis. Lo más vil y rastrero es querer convencer a las gentes de buena voluntad que una España con Rajoy iba a ser mucho peor que la que se avecina con el leonés. Total: lo mismo me da, que me da lo mismo.


De lo que se trata ahora es de salir a los medios, como buenos toreros, explicar a dos voces el gran civismo con el que se ha votado, la ausencia de desórdenes reseñables, constatar, para jolgorio del Dúo PPSOE, la derrota de Izquierda Unida (ofrecida desde hace más de cuatro años al PPSOE, por ese Gaspar Llamazares que pasará a la historia de la mediocridad política con letras de oro macizo), y sobre todo la alegría que produce contemplar un País Vasco en el que no haya representantes políticos de la barbarie y el crimen, o sea, de ”los cómplices de ETA”, banda a la que Zapatero y Rajoy, unidos como siameses por un salario espectacular, se comprometen a desmantelar en los próximos 50 años. Y si no, llaman a su amigo del alma, Álvaro Uribe. Se admiten apuestas.


Enhorabuena, Sabina. Felicidades, Serrat. Mis mejores parabienes, Ana Belén. Qué poderío, Víctor Manuel, qué bien Teddy Bautista. No se os ocurra dar lectura a las declaraciones que acostumbrabais a hacer a finales de la década del 70 y en los albores de la del ochenta, acerca de la democracia, la paz, el socialismo y la libertad. Podrías tener un ataque de caspa o, cuando menos, enrojecer como viejos militantes sin otros ideales que defender que los de Mariano Rajoy: la familia (a la italiana, claro), la democracia (a la Borbonesa), la paz (a lo Bush), la libertad de los poderosos y el obligado silencio de los que aún sueñan con un mundo mejor, que incluso con vosotros dentro, es posible. Ya podéis dormir tranquilos. La vida sigue igual.

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