lunes, 2 de marzo de 2009

El apartheid impone un Parlamento españolista

x Iñaki Iriondo, Oihana Llorente y Manex Altuna [Vídeo] Excluyen a 101.000 votantes y abren al "socialista" López la puerta de Ajuria Enea :: La denuncia del pucherazo, presente pese a la represión

El PNV, con Juan José Ibarretxe a la cabeza, fue la fuerza más votada en las elecciones de ayer -después de concentrar prácticamente todo el voto de la coalición de hace cuatro años-, pero debido a la ilegalización de la izquierda abertzale puede sufrir su peor derrota: la salida de Ajuria Enea.

El todavía lehendakari y el resto de componentes del EBB pueden mirar ahora el resultado que ofrece GARA de la distribución en escaños contabilizando los votos anulados, y observará que en ese reparto el unionismo no obtendría la mayoría absoluta. Y eso teniendo en cuenta que en caso de que la izquierda abertzale hubiera contado con una candidatura legalizada ni sus resultados ni los del resto de fuerzas hubiera sido iguales, porque, entre otras cosas, no es lo mismo votar una papeleta que será anulada que una que puede traducirse en escaños, ni la campaña electoral se hubiera podido centrar en el miedo a que ganara el unionismo.

No es, evidentemente, la primera vez que en Euskal Herria se celebran unas elecciones en condiciones antidemocráticas y fraudulentas, pero mientras los resultados finales fueron en beneficio del PNV éste partido no dijo nada y se aprovechó de ellos. Si entonces hubiera reaccionado con hechos, quizá hoy no estaría en la situación en la que se encuentra.

El PNV ha absorbido prácticamente todo el voto de Eusko Alkartasuna. Si se suman sus 28 escaños, con el único de EA, se quedan en los mismos 29 que tuvieron en 2005. Y si se observan los porcentajes sobre el voto emitido, se verá que la coalición sumó 38,26% hace cuatro años y alcanza el 38,06% ahora.

La inmensa mayoría de los votantes de EA se han dejado arrastrar por el llamamiento al «voto útil» de Juan José Ibarretxe. La formación de Unai Ziarreta no ha sabido enganchar a los 150.000 ciudadanos y ciudadanas que en 2001 votaron a la coalición frente a la amenaza de Mayor Oreja y Redondo Terreros. Por lo tanto, ese sector del electorado sigue ahí, esperando volver a ser ilusionado.

El actual presidente de EA anunció ayer que había presentado su dimisión y que se convocará un congreso extraordinario que tendrá que decidir qué rumbo da al partido: si sigue apostando por el polo soberanista, a pesar de lo ocurrido en estos comicios, o si inicia la ciaboga hacia la «casa común» del PNV.

Pese a que Juan José Ibarretxe sea el más votado en estas elecciones, pocas dudas caben de que el ganador ha sido Patxi López. Él puede ser el futuro lehendakari, si nada interfiere en la posibilidad de que durante la sesión de investidura cuente con el apoyo del PP y -en caso de que el PSE no recupere el escaño perdido en Araba cuando se computen los votos de los residentes extranjeros- también se supone que UPyD le cederá el único voto con el que cuenta. Por muy caro que haya intentando poner Rosa Díez su escaño, hablando de la devolución a Madrid de la competencia de Educación, le resultaría muy difícil explicar ante la opinión pública nacionalista española que la posibilidad de sacar al PNV de Ajuria Enea se ha frustrado porque UPyD no sumaba sus fuerzas a las de López y Basagoiti.

El PSE ha conseguido atraer una buena parte del voto perdido por el PP (cuya bajada se reparte, casi de forma exacta en la suma de López y UPyD). López ha subido unos 40.000 votos con respecto a sus resultados de hace cuatro años pero, ¡ojo!, se ha quedado 115.000 papeletas por debajo de las que José Luis Rodríguez Zapatero consiguió hace apenas un año en la CAV.

Las matemáticas parlamentarias le dan a Patxi López la posibilidad de entrar en Ajuria Enea y sacar de ella por primera vez al PNV. El candidato del PSE ha anunciado ya que optará a la investidura. Pero, en cualquier caso, no puede olvidar que en la actualidad tiene seis escaños menos que los jeltzales y casi un 8% menos de votos que la primera fuerza. En esas condiciones, Patxi López podrá ser la cabeza de un gobierno frentista -lo que ha negado que haría durante toda la campaña- pero muy difícilmente podrá liderar un Ejecutivo de diálogo. No sería entendible que el PNV entrara a un juego de apoyos parlamentarios a un lehendakari de un PSE que tiene muchos menos apoyos que él. ¿Qué van a hacer los jeltzales, contribuir a la aprobación de leyes y presupuestos redactados por quienes tienen menos fuerza que ellos y además, pese a todo, les han echado del Gobierno?

Así que, en estas circunstancias, ahora entrarán en juego las presiones que desde Sabin Etxea sean capaz de ejercer sobre la Moncloa, pues tampoco cabe olvidar que José Luis Rodríguez Zapatero no está sobrado de apoyos en el Congreso de los Diputados.

Si el Parlamento de Gasteiz, con su composición amañada, puede dar lugar a un Gobierno trasversal, éste tendría que estar liderado por el PNV, puesto que otra cosa no se entendería.

Pero tampoco se entendería que José Luis Rodríguez Zapatero forzara a Patxi López a renunciar a su investidura, puesto que con ello quedaría claro que es un partido dirigido desde Madrid y, probablemente, lapidaría cualquier posibilidad futura de intentar acceder a la presidencia del Gobierno autonó- mico. Todo un lío.

Entre tanto, Antonio Basagoiti se felicitaba ayer de haber ganado a las encuestas, pero lo cierto es que sus resultados no aguantan ninguna otra comparación.
No se pueden comparar con los de hace cuatro años y tampoco con los que recolectó Mariano Rajoy hace doce meses.

Al PP le quedan pocas posibilidades más que ofrecer, al menos de momento, su apoyo gratuito al PSE para que pueda acceder a la presidencia del Gobierno y confiar en que Patxi López necesitará de su apoyo para gobernar el día a día.

En unas condiciones enormemente difíciles, la izquierda abertzale logró aglutinar 100.000 votos. ¡Ya les gustaría contar con ellos a algunos partidos que de vez en cuando todavía se permitían dar lecciones al independentismo ilegalizado! Prohibidas sus candidaturas por Madrid, perseguida su propaganda hasta el último momento por la Ertzaintza de Lakua, invisibilizada por la mayoría de los medios de comunicación, y con la eterna cantinela de que esas papeletas no servirían para nada, D3M obtuvo ayer unos resultados que le hubieran servido para hacerse con siete escaños en el Parlamento de Gasteiz. Los mismos que en 2001 consiguió Euskal Herritarrok.

Sin embargo, son unos resultados de resistencia, que deben invitar a la reflexión si lo que se pretende es dar un salto cualitativo hacia adelante.

La mayoría de los análisis dibujarán hoy que el voto perdido por el independentismo ilegalizado con respecto a 2005 se ha escapado a Aralar. No cabe duda de que alguna proporción de ese voto se habrá refugiado en esa formación legal. Sin embargo, el conocimiento de la sociología de la izquierda abertzale y un acercamiento a los movimientos de fondo que se pueden dar en su electorado invitan a pensar que se trata de un voto que se ha quedado en casa. Y no han sido pocos los que en otras ocasiones -por ejemplo las elecciones municipales y forales de 2007- no tuvieron empacho en acercarse hasta las urnas ha llevar una papeleta que sería anulada y ahora no han tomado la misma decisión.

Aralar aparece como una de las grandes vencedoras de estos comicios. No le faltan motivos para la mayor de las satisfacciones. No sólo obtienen cuatro escaños, sino que duplican con creces su resultados en votos. Un triunfo inapelable.

Y a la hora de entender de dónde han llegado esos votos, da la impresión de que si el PNV tiene un efecto funicular con EA y el PSE con el PP, Aralar lo tiene con EB, partido con el que fue en coalición hace dos años. Lo que uno ha perdido con respecto a 2005, lo ha ganado el otro.

Ezker Batua ha pagado tan caro su intento de ser gobierno por un lado, pero intentar pasar por la izquierda a todo el mundo por el otro, que no sólo se ha quedado en un único escaño, sino que su cabeza visible, Javier Madrazo, se ve fuera del Parlamento.

Un Parlamento en el que entrará UPyD, el partido nacional surgido de Basta Ya, y cuyo liderazgo e imagen ostenta Rosa Díez.
Y en su debut, llamativamente, su único escaño puede resultar determinante a la hora de que Patxi López pueda ser lehendakari. Todo dependerá del recuento de residentes en el extranjero de Araba, donde EA puede perder su segundo escaño en beneficio del PSE.

En cualquier caso, nada de esto sería posible si Madrid no hubiera mutilado el electorado vasco para hacese un Parlamento a la medida. Y tampoco, claro está, si quien convoca las elecciones no hubiera aceptado un proceso que indefectiblemente llevaba al fraude.

Lakua ocultó el voto anulado

Ni durante las comparecencias en televisión del consejero de Interior, Javier Balza, ni en la página web donde se ofrecían los resultados desde el Gobierno de Lakua se pudieron conocer los resultados del voto anulado. Una actuación poco coherente con un partido y un lehendakari que basaron su campaña en que la expulsión de esos votos de la legalidad era el factor diferencial de estos comicios frente a cualquiera otro anterior. Una ocultación, sin embargo, totalmente acorde con la persecución a la que la consejería de Balza ha sometido a la izquierda abertzale durante toda la campaña, no dudando en detener militantes y entrar en locales por unas papeletas.


La denuncia del pucherazo, presente pese a la represión
x Oihana Llorente

Los de ayer fueron los comicios «más antidemocráticos de la historia de este país». Así de tajante se mostró Iñaki Ulibarri, número dos de D3M por Araba, que acudió a las urnas con la imagen de Amparo Lasheras, la candidata a lehendakari de esta plataforma encarcelada por «haber querido presentarse».

Pese a que los 5.000 agentes de la Ertzaintza, junto a la Policía española y la Guardia Civil, se afanaron en silenciar cualquier signo de protesta (ofreciendo un balance, según los datos recogidos por GARA, de 5 arrestados y 108 identificados), la denuncia del carácter antidemocrático de la pugna electoral marcó la jornada de ayer.

Ciudadanos que portaban carteles que interrogaban «¿Yo ilegal?»; que denunciaban la falta de democracia; o que lucían banderas españolas colocadas a modo de mordaza, acudían a votar con la papeleta de D3M bien visible. Ése fue el caso de Irun, donde en cuatro colegios electorales se reunieron cerca de un centenar de personas. En el barrio donostiarra de Egia también llevaron a cabo una protesta similar. Y en Usurbil, cerca de sesenta personas acudieron juntos a depositar su voto para protestar por el estado de excepción que vive Euskal Herria. Los usurbildarras tuvieron muy presentes a su convecina Agurtzane Solabarrieta, arrestada junto a Lasheras el pasado 31 de enero. Su foto quedó fijada en la urna.

Protestas de todo tipo

La imaginación acompañó a los actos de protesta descubriendo una caracterización diferente en cada lugar. Los colegios electorales situados en el barrio donostiarra del Antiguo amanecieron con pancartas de grandes dimensiones que exigían democracia para Euskal Herria. Otras localidades optaron por realizar concentraciones como en Mungia o en Ea; recorrer el municipio en cadena humana, como en Lekeitio que participaron 100; en bicicleta, como en Zarautz -donde siete jóvenes fueron identificados-; o recorrerlo mediante una caravana de coches, como en Oiartzun, donde tres conductores resultaron identificados.

En Tolosaldea, veinte jóvenes acudieron, ataviados con sus camisetas rojas que reclaman independencia y alzando papeletas de D3M, a depositar su voto al colegio electoral de Anoeta.

La protesta también llegó a los oídos de los candidatos a lehendakari de las formaciones que sí competían. Patxi López (PSE), Javier Madrazo (EB) y Aintzane Ezenarro (Aralar) depositaron sus votos entre gritos que exigían democracia y denunciaban las ilegalizaciones.

El ex vicepresidente del Gobierno español y ex ministro de Economía Rodrigo Rato, que acudió desde Madrid hasta Euskal Herria como apoderado del PP, también escuchó de cerca el sentir de esas miles de personas que acudieron ayer a depositar su voto de «oro».

En algunos municipios como en Donostia, la izquierda abertzale intentó estar presente en las mesas electorales y así lo estuvo, tras conseguir la aprobación de la mayoría de los presidentes. Sin embargo, una circular urgente emitida al mediodía por la Junta Electoral de la CAV vetó su acceso. La Ertzaintza llevó a cabo la orden. En el barrio de Intxaurrondo alrededor de 30 personas fueron identificadas y expulsadas violentamente de los tres colegios electorales. Algunos de ellos tuvieron que votar después acompañados por ertzainas. En el barrio de Gros fueron seis las personas identificadas por el mismo motivo.

Una vez cerradas las urnas, a las 20.00, cientos de personas acudieron a las mesas electorales a participar en el escrutinio de los votos, ya que todo ciudadano tiene acceso a ello. La persecución contra la izquierda abertzale también consiguió vulnerar ese derecho en algún que otro colegio electoral. Ése fue el caso de Gasteiz, donde cinco presidentes de mesa, arropados por los interventores del PNV, decidieron hacer el recuento a puerta cerrada. Vecinos de Astrabudua denunciaron que agentes de la Ertzaintza «totalmente borrachos» acudieron al escrutinio, llamados por los interventores de PNV, para sacar a los ciudadanos que contaban las papeletas de D3M.

Los apoderados de la mayoría de las formaciones se afanaron durante todo el día en quitar las papeletas de D3M de los casilleros e incluso amenazaron a los presidentes de mesas a que hicieran suya esa función.

Persecución policial

La Ertzaintza arrestó a cuatro personas en Gipuzkoa, tres de ellas en Donostia y una en Urnieta. La Guardia Civil también actuó y detuvo a una persona en Hondarribia, después de intentar entrar en la asociación Muara del municipio.

El primer arresto de la Policía autonómica se llevó a cabo a las 9.00 en el barrio de Egia, donde detuvieron a una joven acusada de colocar papeletas de D3M. Al mediodía cuatro personas fueron identificadas en Aiete por la Policía española, y dos de ellas, fueron arrestadas cuando se personó la Ertzaintza. Los tres detenidos en Donostia como el de Urnieta quedaron en libertad durante la tarde. Del arrestado en Hondarribia no se conoció ni su identidad.

Pese a que la viceconsejera de Interior de Lakua, María del Yermo Urkijo, contabilizó en 43 las identificaciones, los datos recabados por GARA ofrecen más de cien identificados por la Ertzaintza.

En Altza tres jóvenes fueron identificados después de que agentes de la Brigada Móvil de la Ertzaintza descendieran de una furgoneta sin distintivo alguno. Otros tres fueron los identificados en Ategorrieta. En Azkoitia fueron 2 las personas identificadas y en Eibar 6.

Sólo en la capital vizcaina fueron identificadas más de treinta personas. En Deustua fueron 8 personas y 7 en Miribilla. En este lugar una mujer fue identificada por hablar con la presidenta del Parlamento de Gasteiz, Izaskun Bilbao. Otras seis identificaciones se produjeron en Uribarri y seis más en Rekalde. Tras la protesta ante Patxi López, cuatro jóvenes fueron identificados y, según denunciaron, agentes de la Ertzaintza dieron «una paliza» a uno de ellos. Por la tarde 2 personas más fueron identificadas en Txurdinaga.

Tanto en Ea como en Muskiz fueron tres las personas identificadas. Y en Gasteiz y Maeztu, otras dos.

La protesta por el pucherazo llegó madrugadora y en forma de silicona. Algunos colegios electorales no pudieron abrir a su hora, ya que amanecieron con sus cerraduras obstruidas con silicona.

Miembros de la izquierda abertzale intentaron estar presentes en las mesas electorales. Así lo estuvieron en Donostia durante toda la mañana, hasta que la Junta Electoral de la CAV emitió una circular urgente para vetar su entrada, y la Ertzaintza la llevó a cabo.

Cientos de ciudadanos intentaron depositar su voto con el EHNA, sin embargo, muchos de ellos no pudieron llevar a cabo su propósito denunciando esta vulneración en las actas.

Un apoderado de UPyD y otro del PSE fueron identificados en Bilbo por sacar fotos a la gente que acudía a votar. Tras ser denunciados ante la Policía Municipal, les obligaron a borrar las fotos tomadas.

Ciudadanos que acudieron a los colegios electorales para hacer el escrutinio denunciaron que los votos otorgados a la plataforma independentista D3M fueron contabilizados como votos blancos en algunas mesas.


La izquierda abertzale anuncia que iniciará una «ofensiva política»
x Manex Altuna

La izquierda abertzale afirmó que con los más de 100.000 votos de «oro» recabados iniciará una «ofensiva política» para dar la vuelta al Parlamento «antidemocrático» de Gasteiz, evitar que se «cierren las puertas al cambio» y conducir a este país a un «escenario democrático».

En un acto celebrado en el frontón de la Esperanza de Bilbo, Itziar Lopategi reivindicó tras conocerse los resultados definitivos la «respuesta contundente» ofrecida al «apartheid político e institucional con un acto de desobediencia civil masivo sin parangón en Europa».

Lopategi estuvo arropada en el escenario por numerosas ikurriñas y banderas de Nafarroa y una amplia representación de la izquierda abertzale encabezada por Arnaldo Otegi junto con Rafa Díez, Eugenio Etxebeste, Antxon, Itziar Aizpurua y Tasio Erkizia. La portavoz independentista declaró que a pesar de que el Gobierno español, con la colaboración de «demócratas de postal, que han perdido la poca vergüenza que tenían, han trucado las elecciones para evitar el cambio político» en Euskal Herria, «sigue habiendo una mayoría abertzale que demanda el cambio de marco y la apertura hacia un escenario democrático».

Lopategi aseguró también que tal y como señalaron en su día, los votos ilegalizados serán «votos de oro para avanzar hacia la independencia y el socialismo» y avanzó que la izquierda abertzale se pondrá hoy mismo a trabajar en ese sentido.

Asimismo, tras conocerse los primeros sondeos Idoia Ibero y Julen Aginako realizaron una primera valoración en la que resaltaron que el Estado español y los «colaboracionistas vasco-españoles» han fracasado en su intento de acabar con la izquierda abertzale con estas elecciones que calificaron de «las más antidemocráticas y franquistas de los últimos treinta años». Ibero denunció que «cómo se puede hablar de normalidad» en una jornada y tras una campaña electoral en la que el independentismo ha sufrido «una persecución policial con identificaciones, cargas y detenidos».

La portavoz de la izquierda abertzale se felicitó porque aún así miles de personas han hecho frente «a todas las prohibiciones y trabas» demostrando una enorme «dignidad y compromiso con los derechos de este pueblo».

Gara


Portavoces de D3M han acudido a votar, en las elecciones más antidemocráticas, con la foto de Amparo Lasheras, encarcelada por querer presentarse a las elecciones.


Vídeo de Eitb

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